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miércoles, 14 de marzo de 2012

GENCIANA DE LAS PRADERAS (Lisianthus russellianus)


Esta llamativa planta procede del Lejano Oriente, pertenece a la especie de la familia de las gencianáceas, una planta propicia para pequeños tiestos o macetas.
Los orígenes de estas plantas de interior, viene dado a principios de los años 80, los japoneses desarrollaron una serie de elegantes híbridos de floración estival. Siempre será posible conseguir variedades anuales y perennes, puesto que la gran mayoría de las que se venden en los centros de jardinería y plantaciones son perennes, muy sensibles a las heladas, estas últimas se deben tratar como anuales.
Todas ellas son muy adecuadas para un jardín o patio, pero hay que tener cuidado si se expone al aire libre, ya que una lluvia torrencial podría con toda seguridad, dañar los pétalos. Las flores son duraderas, tanto en la planta o después de cortadas para un jarrón floral.
La Lisianthus para su buen desarrollo requiere un ambiente fresco, aunque sin heladas, con temperaturas de 4 ºC a 7 ºC.
Si se compra semilla y estas germinan, es preciso proporcionarles temperaturas de entre 18 ºC y 24 ºC.
Colóquela en algún lugar con buena luz, pero siempre a salvo de la acción directa del sol (algo complicado de combinar temperaturas bajas y buena luz dentro de la casas).
Esta planta de interior, requiere mucha agua una vez conseguida sus dimensiones máximas, otro detalle a tener en cuenta es procurar no regar en exceso las plantas poco desarrolladas. Deje que la superficie de la tierra se seque entre riegos y sobre todo no deje nunca la planta sobre un platillo lleno de agua.
Procure no salpicar las flores.
La genciana de las praderas no suele adaptarse bien a los ambientes húmedos. Por este motivo, una casa con calefacción central resultará ideal.
Si la ha obtenido por semilla, abónela con un fertilizante para plantas de interior, aproximadamente cada dos semanas. Las plantas Genciana de las praderas compradas en flor suelen llevar un fertilizante de acción lenta incorporado a la tierra (digo suele llevar, porque esto último, a la hora de comprarla, no está demás, preguntar si la tierra lleva este fertilizante), por lo que no es necesario abonarlas.
Si esta fantástica planta presentara signos de mala nutrición: decoloración de las hojas, tallos largos y desnudos), comience a abonarla como se indica arriba.
Plántela siempre en tierra con buen drenaje. La mayoría de las plantas no crecen bien durante el segundo año, por lo cual, se debe tener un poco de paciencia.
Siembre las semillas a fines del invierno y trasplántelas poco después de germinar, ya que esta planta tolera mal la manipulación de sus raíces. El crecimiento será lento durante los primeros 3 meses. Pode una o dos veces los extremos de los tallos.
Los híbridos de la Genciana de las praderas son estériles y no producen semillas.
Existen otras diversidades de Lisianthus cuyas semillas merece conservar y sembrar, se debe de tener en cuenta que es poco probable, que los nuevos ejemplares sean semejantes a la planta madre, pero sigue siendo muy bonita y decorativas.

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