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lunes, 21 de junio de 2010

SARRACENIA LEUCOPHYLLA (SARRACENIA LEYCOPHYLLA)


De entre todas las plantas carnívoras, la sarracenia leucophylla es la que presenta un aspecto más extravagante. Las “jarras” de esta planta pueden alcanzar hasta 1’2 metros de altura. Las flores, de unos 10 centímetros de ancho y de color púrpura rojizo, recuerdan por su forma a los radios de un parasol.
Las sarracenias desarrollan dos tipos de hoja: las carnívoras, o “jarras”, y las no carnívoras. Si las condiciones de cultivo son las adecuadas, las hojas carnívoras crecen a lo largo de todo el verano; después serán sustituidas por las no carnívoras, perennes, parecidas a correas.
Las jarras son impresionantes: la parte inferior es de color verde fuerte, que se desvanece gradualmente hasta alcanzar casi el blanco a medida que el cuello va adquiriendo la forma de vaso. Las partes más pálidas, de bordes rizados, muestran venas de color púrpura intenso entrecruzadas. Los insectos que se detienen sobre la parte superior de la hoja se sienten atraídos hacia su interior por las vistosas venas y por el olor a néctar. Escaparse resulta imposible: las paredes de la jarra, verticales y resbaladizas, así como las vellosidades internas, orientadas hacia abajo, forman una barrera que impide la retirada. El insecto cae finalmente en el néctar, donde unas enzimas digestivas lo convierten en alimento para la planta; se cree que el néctar es intoxicante, así que la muerte se produce sin dolor.
Las sarracenias son en general buenas plantas de interior, pero, en invierno, les desagrada las temperaturas superiores a los 15º C. Las mejores temperaturas invernales se sitúan en torno a los 5º C; esta especie es menos tolerante al frío que su pariente próximo la sarracenia purpúrea. Procúrele un período de latencia: una temperatura invernal superior a los 15º C ocasionará probablemente que el crecimiento del año siguiente sea poco vigoroso. Durante el resto del año, esta planta crecerá bien con temperaturas en torno a los 10º C.
Coloque a la sarracenia leucophylla en un sitio con buena luz, pero indirecta; gira la maceta periódicamente para asegurarle a la planta una distribución uniforme de la luz. Los niveles de luz insuficiente impedirán la producción de hojas carnívoras: procúrele ocho horas de luz diarias. Proteja del sol la parte superior de las “jarras”, ya que las gotas de néctar pueden intensificar la acción de los rayos solares.
Mantenga el sustrato húmedo durante el período de crecimiento activo: sumerja la maceta en un recipiente que contenga 2’5 centímetros de agua no calcárea. Durante el período de reposo invernal, riéguela lo justo para mantener el sustrato húmedo, quizá una o dos veces al mes. No la riegue desde arriba y no llene nunca las “jarras” con agua.
El alto nivel de humedad que precisa esta sarracenia le es proporcionado por el régimen de los riegos.
Las plantas carnívoras crecen en suelos muy pobres en nutrientes y se procuran el alimento que necesitan atrapando insectos; no es necesario abonar.
Transplante la sarracenia leucophylla cada 2 o 3 años, en primavera, o cuando esté muy apretada en la maceta, es decir, cuando las raíces asomen por los agujeros del drenaje de la maceta. Utilice una mezcla a partes iguales de turba musgosa y arena gruesa lavada; no use un sustrato de uso general.
Esta planta, de crecimiento alto, necesita la estabilidad que ofrece una maceta grande; la mezcla de turba de musgo y arena gruesa es también bastante pesada para asegurar que la planta no esté mal equilibrada.


COMENTARIOS:

francisco dijo...
24 de junio de 2010 13:56

Gracias Montse, la verda que el mundo de las plantas esta lleno de colores, formas y variedad, todo esto y más hace la botánica muy actractiva.

Montse dijo...
21 de junio de 2010 12:42
Es muy bonita, pero me da no sé qué eso de que sea carnívora y aunque sé que no muerde la verdad es que este tipo de plantas no acaba de gustarme.
Espléndido post, muy completo. Es un placer pasarse por aquí.
Un abrazo, Francisco Manuel.

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